Más allá de la magia

Había una vez,  hace mucho tiempo, un gran mago y alquimista llamado Merlín, que vivía en la torre de un castillo donde había sido confinado por el Rey. Su pecado fue ser un soñador y su sueño volar y conquistar el espacio.

Todos los días, durante su encierro, soñaba con volar y ser libre, por lo que trabajaba incansablemente, ayudado por la magia y por la alquimia, en su celda que se había convertido en un laboratorio donde se sucedían infinidad de elementos en constante ebullición para encontrar el esperado combustible.

Otra cosa que le rompía la cabeza, era construir la máquina perfecta que le ayude en su propósito ¿tenía que tener alas? y ¿un gran motor? o ¿ser aerodinámico bastaría? Eran preguntas que lo atormentaban cada día y lo hacían perderse en sus pensamientos, más allá de la magia y de la realidad.

Con cada nuevo experimento fallido su proyecto daba una paso atrás, pero se acercaba más a su sueño. Eso no podía ser posible, pero parecía funcionar para Merlín, cada fracaso se convertía en el combustible que su máquina necesitaba para volar y cada nueva idea era la pieza justa para alcanzar el espacio y sus sueños.

La avidez de sus pensamientos y deseos de libertad fueron la clave para alcanzar su objetivo, Merlín lo había conseguido y ahora podía llegar a donde él quisiera, la realidad y aquella torre ya no podían ser un obstáculo para volar, solo su imaginación y el último de sus días le pondrían fin a esa hermosa locura.

Fin.

Cuento escrito para mi hijo Mario Rodolfo. Te amo infinitamente…

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